Alicia y los duendes del bosque

Alicia y los duendes del bosque

Cuento de María José Álvarez Murcia, estudiante del grado Cuarto 404, del Colegio del Rosario de Santo Domingo, en Bogotá.

Por: María José Álvarez Murcia. Foto. Familia Álvarez Murcia


Capítulo 1. El descubrimiento de Alicia 


Érase una vez una niña llamada Alicia que era muy curiosa, siempre que estaba a punto de salir de casa, le decía a su mamá que iba a vivir una aventura. 


Al llegar a su colegio se encontraba con sus tres mejores amigas Sofia, Lina y María, después de clase se reunían en la casa de Lina a comer bocadillos y, a planear a donde iban a ir el fin de semana en busca de aventuras. 


Ya en su casa Alicia subía al estudio y hacía sus tareas, y cuando terminaba, se iba a la sala a ver las noticias mientras su mamá le preparaba una deliciosas y especiales empanadas de atún. 


En las tardes se sentaban a comer y Alicia contaba a su mamá sobre su día en el colegio, después cuando terminaban de almorzar, Alicia se iba a su cuarto y cogía una mochila roja que tenía libros sobre detectives, cuadernos de investigación y un computador, además de eso llevaba un kit campamento, tres snacks y siete termos llenos de limonada.


Cierto día, su mamá subió al cuarto y llamó a Alicia, pero ella no respondía. Esperó pacientemente y nada ocurría, cuando se cansó de llamarla, le dejó una nota en el refrigerador que decía —salí a trabajar, no hagas travesuras, cuida la casa—. 


Alicia estaba dormida y cuando despertó se fue a la cocina y leyó la nota, pero no hizo caso, cogió su maleta se salió por la ventana y se fue caminando rápidamente hasta que se encontró de frente con una gran montaña. La escaló lo más rápido posible y desde la cima se deslizó hasta abajo y allí encontró un lugar oscuro en donde se veía una pequeña puerta morada. Alicia entró y quedó muy sorprendida. 


Gritó con felicidad ¡Este es el lugar de mis sueños! Recorrió todo el lugar y se tropezó cayendo en un hermoso manantial llenó de agua muy limpia. Alicia miró al horizonte y sonrió al ver una gran variedad de flores hermosas. Salió del agua y se fue internando en el lugar, mojando todo lo que tocaba a su paso.


Después empezó a oscurecer el cielo, Alicia se instaló con su kit de campamento, se comió un snack y tomó limonada, abrió su computador, investigó, tomó fotos y escribió en sus cuadernos lo que le había pasado. Descansó un poco, pero se alarmó al ver la hora, intentó por medio de su portátil llamar a su mamá, pero había muy poca señal. Alicia se envolvió en las cobijas y comenzó a llorar. 


Al día siguiente despertó y escuchó un ruido no tan lejano, recogió sus cosas y siguió el camino que la llevo a una pequeña casa del árbol, no había nadie, entonces comió su segundo Snack y se fue deslizando por el tobogán que la llevaba hacia el suelo. 


De repente, se topó con una persona muy baja y enojada A Alicia se le aceleró el corazón al oír los gritos de un hombrecito parecido a un duende diciéndole: ¡Cómo te atreves a entrar a mi casa!, ¡eres una invasora, o qué! ¡vete, o con los otros duendes te mataré!


Alicia le explicó cordialmente y entre sollozos: —señor duende, escúcheme por favor, no sé porque terminé aquí …, pero la verdad estoy perdida ¿Usted con su familia me puede ayudar a encontrar el camino de vuelta a casa? Por favor —le dijo suplicante. 


El duende se conmovió y con mejor ánimo le respondió que se tenía que quedar unos días en casa con ellos mientras su hermano llegaba, porque era el único que sabía sobre los caminos hacia la ciudad. 


Alicia asintió feliz y les dijo a todos que muchas gracias por aceptarla y recibirla; aun así lo malo era que a Alicia le quedaban únicamente dos snacks y un vaso de limonada, y efectivamente a los dos días su comida se acabó. 


Se deslizó por el tobogán y les preguntó a los duendes donde podía encontrar comida, ellos la llevaron a un lugar lleno de gusanos y le dijeron: coge lo que quieras. Alicia se aterró, y antes de probar bocado, escribió en su cuaderno lo bien que la había pasado estos días con los duendes. 


A Alicia no le gustó para nada el menú de los duendes, pero se lo comió con gusto porque, finalmente esto hacía parte de la aventura. 


Capítulo 2. De vuelta a casa


Alicia ya estaba esperando con ansias la llegada del duende, recogió sus cosas y se despidió de todos sus otros duendes amigos. 



Cuando por fin llegó el día, Alicia escuchó atentamente al hermano del duende, dibujó el mapa con las indicaciones dadas y emprendió camino, se encontró de nuevo con el hermoso manantial pero esta vez no cayó en él. Después vio la montaña y la escaló suavemente, deslizándose con mucha precaución. 


Llegó a la ciudad y le pareció verlo todo igual como cuando estaba aventurando días atrás, vio su casa y entro, miro el reloj y solo habían pasado dos horas desde que había salido de su casa. Alicia sacudió su cabeza, revisó la fecha en el calendario y cayó en cuenta de la magia del bosque


Su mamá llegó y Alicia quería contarle todo, así que la saludó con mucha emoción le contó con todos los detalles de lo que había vivido. Su mamá soltó una pequeña risita y le dijo: — Ayyy pequeña debes estar muy cansada, ve a la cama—. Alicia notó el tono de incredulidad de su mamá y se enojó, pero no dijo nada. 


Al otro día era fin de semana entonces le dijo a su mamá que desayunaba en casa de Lina junto con Sofía y María, así que se fue a encontrarse con sus amigas, les contó todo lo vívido en el bosque y entonces cada una empacó cinco snacks y diez termos de limonada, para emprender juntas el viaje, escalaron y se deslizaron, nadaron y llegaron a la casa de los duendes. 


Alicia los saludó y les presentó a sus amigas, ellos las recibieron muy bien y les cedieron sus habitaciones, las chicas estaban muy agradecidas y pasaron la semana conociendo más el bosque, después se devolvieron a casa y se dieron cuenta que habían pasado sólo dos horas. 


Al otro día, llamaron a casa de Alicia a preguntarle si sabía algo de ellas, sus amigas no aparecían, sus papás estaban muy preocupados y a Alicia se le ocurrió que podían estar en el bosque mágico con los duendes y… en ese momento recordó que su mamá no le creía que existiera este lugar. 


Aun así se llenó de valor y muy decidida fue con su mamá, le mostró las pruebas de la existencia de los duendes que había documentado dada su capacidad investigativa, y su mamá boquiabierta, le dijo a Alicia que la llevará a este lugar. 


En el bosque la mamá de Alicia se sorprendió y le pidió disculpas por no creerle previamente. Efectivamente, en la casa de los duendes estaban sus amigas y Alicia les dijo que las estaban buscando, ellas recogieron sus cosas, se despidieron y volvieron a casa muy felices. 


Sus papás estaban dichosos de verlas, ellas los abrazaron y les contaron a donde habían ido y desde ese momento…, toda la ciudad conoció el bosque mágico. 


Los duendes empezaron a construir cabañas, hoteles, casas y lugares de turismo para que la ciudad también viera la magia, la comida y la cultura del bosque y los duendes. 


Alicia estaba muy feliz por sus amigos duendes, porque ganaban mucho dinero, pero ella y sus amigas sabían que todo no iba a ser igual que siempre, porque el bosque se llenó de tecnología y cemento y perdió poco a poco su encanto. 


Al mismo tiempo, la ciudad se sentía muy sola y triste y cada vez que llegaban más humanos al bosque ocurrían más desastres en él. Los visitantes empezaron a talar los árboles para aumentar las construcciones. “Este bosque está patas arriba”, pensó Alicia. 


De una parte, los humanos disfrutaban de ver el bosque, que ya parecía una ciudad llena de edificios, y los duendes al ver todas las transformaciones se empezaron a preocupar porque su hogar, estaba siendo destruido. 


Alicia fue a casa de Lina y empezaron a pensar ¿cómo iban a recuperar el bosque? o ¿cómo sacarían a los humanos de este lugar?, pero también debían tener en cuenta las opiniones de los duendes, así que Sofia y María fueron al bosque para traer a los duendes hasta la casa de Lina. Cuando llegaron a la ciudad los duendes se pusieron nostálgicos porque se dieron cuenta que el bosque comparado con la ciudad, eran sitios gemelos. 

Capítulo 3. La Despedida


Cuando los duendes dejaron de llorar, a Alicia se le ocurrió una idea loca, difícil, pero que se podía ejecutar. 


Propuso que hicieran creer a los humanos que se habían encontrado un mapa antiguo, que mostraba que la ciudad era otro bosque mágico lleno de tesoros para convencerlos de mirar a otra parte. 


Tenían que hacer el mapa. La encargada (Lina) era experta en geografía; necesitaban que la ciudad pareciera un bosque lleno de naturaleza y vegetación; la encarga de esta tarea (María) era experta en jardinería, la encargada de difundir la historia del bosque con tesoros (Sofía) era experta en literatura, y por último Alicia era la encargada de hacer una investigación falsa en la que hicieran creer que todo era cierto y tenía evidencias. 


El resto era la magia que hacían los duendes para que el tiempo cambiara, pero por supuesto era mucho trabajo, hicieron cuentas y afirmaron que en terminar todo se tardaban dos años aun sin magia, entonces todos unieron sus manos y cuando las levantaron gritaron “manos a la obra”. 


A partir de ese momento, todos los días trabajaron muy duro, pasaron las horas, los días, los meses, y los años, hasta que terminaron, en ese momento ya se sentían en un lugar nuevo y hermoso, y entonces llego el momento de esparcir la gran noticia. 


Todos los humanos fueron a ver y dejaron el bosque mágico en un segundo. 


Como era de esperarse, en menos de dos meses, en el falso bosque mágico volvió a aparecer una gran ciudad, los duendes, Alicia y sus amigas rieron y usaron una expresión graciosa … Ayyy esos humanos no aprenden nada…..


Se devolvieron al bosque y la sonrisa de sus caras, cambió por un rostro de espanto y Lina tartamudeando dijo “y…. ¿a a a ahora cómo recuperamos el bo bo bosque?” 


Todos decepcionados, pero resignados volvieron a trabajar dos meses sin parar, con la magia del bosque, pero valió la pena finalmente ver el bosque tan hermoso, como antes. 


Se sintieron muy felices y descansaron por fin, el bosque falso estaba muy destruido, pero ya se sabe que los humanos no pueden vivir sin su tecnología. 


En casa de los duendes, hubo fiesta esa noche y brindaron con limonada y jugo de oruga, todo volvió a la normalidad. Los duendes se pasaron de comida esa noche, al otro día las niñas les dieron aromática, medicina, muchos caldos y mucho amor. 


Desde ese momento, como un equipo se dedicaron a proteger el bosque y a producir más y más vegetación. 


Muchos años después Alicia y sus amigas, con sus dones, consiguieron unas excelentes carreras profesionales, y enseñaron a los humanos a cuidar el falso bosque, y con ayuda de la tecnología la ciudad evolucionó a ser un mundo muy natural y hermoso. 


FIN


PD: Este cuento trae un mensaje oculto: debemos crear nuestro mundo mágico para que tengamos un futuro hermoso y, con ayuda de la tecnología, cuidar nuestro planeta.

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