Especial para Buque de Papel. Buenos Aires, Argentina. Fotos: autor
Los amores que se olvidan, como libro, surgió como un ejercicio de escritura en el cual se debía escribir sobre un sentimiento y traspasarlo a un elemento metafórico, luego ese ejercicio fue tomando forma y construyendo los capítulos que hoy conforman la obra. Esta novela funcionó para el autor como una catarsis y pretende que sea así para sus lectores, es por ello por lo que se dice “este no es un libro, es un espejo” puesto que la idea principal es que todos puedan encontrar una parte de sí en sus páginas.
Una novela corta, conformada por cinco capítulos y una “declaración fundamental” que habla de las diferentes perspectivas del amor, pero también del dolor, ya que no podría existir el uno sin el otro; como una fuerza inseparable colisionan y danzan entre ellos para conformar una única energía, la del amor más puro que no es el que nos enseñaron, sino otra cosa, algo mucho más superior.
“La obra no habla sobre encontrar al amor de tu vida, habla sobre las veces que amaste y que pensaste que eso era amor, pero te lastimaron, entonces transformarte ese amor en su opuesto, el odio. Los amores que olvidamos son los que nos hicieron doler, entonces caminamos por ahí odiando todo lo que nos ha lastimado sin preguntarnos el porqué de esas situaciones, en lugar de preguntarnos qué me deja a mí esta situación que me ha herido en lo más íntimo; pues bien, para eso es necesario recordar, volver a verse, recuperar los fragmentos rotos de lo que fuimos para volver a armarnos y reconocernos”, afirmó.
En el 2015 creó y dirige “La sociedad de los poetas nuevos”, un taller de escritura creativa para adolescentes en donde se aborda la escritura desde la introspección y la canalización de dolencias del sujeto; en este espacio se procura trabajar como equipo, pero destacando las capacidades individuales de los sujetos y logrando así un desarrollo personal mediante las diferentes actividades anuales.
“La sociedad de los poetas nuevos” pretende ser un faro que ilumine el camino para los náufragos perdidos de este mundo que encuentran en el arte un salvoconducto de la malicia del mundo.
Román Miranda entregó estas declaraciones, a propósito del arribo de su novela a la Feria del Libro de Buenos Aires, que se cumple hasta el próximo 15 de mayo y donde ya firmó ejemplares:
—¿Cómo cree que está el panorama editorial para tantos autores actualmente aspirantes a publicar?
Considero que el panorama hoy en día es muy amplio ya que las redes sociales nos ayudan a difundir mejor nuestras ideas, por supuesto también tiene sus contras, como el hecho de que no todos podemos acceder con las mismas herramientas; la redes son un gran portal para comenzar a darle vuelo a las ideas. Por otro lado, el publicar con una editorial es un tema muy complejo ya que una edición de autor, como es la mía, requiere de un minucioso y exhaustivo cuidado tanto de formas como de sentido profundo del texto, así como de estilo y eso hace que el publicar se vuelva un trabajo tedioso, casi que la mirada artística se nos vuela un poco pensando tantos detalles estructurales, y eso no es todo, luego de la impresión viene el tema de las ventas y la distribución; si no estamos bien acompañados y asesorados, eso puede terminar por frustrar al artista.
—¿Qué escritor o libro ha influido en su trabajo como autor?
Bueno, uno ante todo es un lector, y como todo lector se construye con multiplicidad de fragmentos y miradas de los escritores que nos precedieron. Diría que, más que influir en mi trabajo, las palabras de algunos de ellos se han clavado en mí tan profundamente que las he hecho mías en algún punto, han cambiado mi forma de percibir la vida autores como Richard Bach, con sus metáforas y comparaciones; nuestro amado Jorge Luis Borges, haciéndome un lector más activo, que busca y busca incansablemente; también la sensibilidad y belleza de Julio Cortázar que tiene un decir tan cercano y cotidiano que siempre me ha conmovido.
—¿Qué personaje de un libro le hubiera gustado conocer y crear?
Es una pregunta difícil; uno siempre se siente el personaje de lo que lee y siempre al terminarlo se dice a sí mismo “esto lo podría haber escrito yo” porque se hace muy cercano e incluso uno cree que lo han escrito para uno o que le hablan a uno mediante la obra; esa es un poco mi forma de escribir también, acercarme al lector. Pensándolo un poco me hubiese gustado conocer a Donald Shimoda que es el personaje que ayuda a Richard en la obra de Richard Bach Ilusiones, recuerdo haberlo sentido muy familiar y su cuaderno de viajes me recordaba mi forma de escribir en ese entonces.
—¿Dónde encontramos su obra? (portales, redes sociales etc.)
Por el momento la obra en formato físico puede ser comprada por medio de la editorial
“Autores de Argentina”. Allí buscan la obra como Los amores que se olvidan. Tengo entendido que hacen envíos al exterior. Por otro lado, también pueden encontrar información de la obra, algunos fragmentos y lecturas en el Instagram @losamoresqueseolvidan.