Por: Mauricio Arroyave
Especial Línea del Medio-El Ojo Nuclear para Buque de Papel
Además, entra por derecho propio en la lista de mis libros por leer en el futuro mediato, una fila larga con reglas relajadas, muy al estilo colombiano, es decir, donde nadie respeta la cola. El personaje principal de Volver la vista atrás es el cineasta colombo español Sergio Cabrera, director de películas como La estrategia del caracol, Perder es cuestión de método y de series de televisión como Garzón vive, Dr. Mata o La Pola.
En una nota final del autor, contenida en el libro, Vásquez confiesa que duró siete años en el proceso, que no fue fácil y que el resultado es una obra de ficción, cosa absolutamente lógica, porque las palabras ‘biografía’ y ‘ficción’ tienen mucho de sinónimas. Vásquez lo sabe perfectamente; es un escritor avezado y lúcido.
La escritura de un libro de este tipo, cuando se hace como debe ser, es un asunto largo y complicado: una vida no es un recuento de anécdotas o fechas y el orden cronológico generalmente no tiene sentido; por lo demás, hay que escarbar mucho para encontrar significados, trazar rutas subterráneas entre los tiempos del verbo, descubrir pensamientos no manifiestos y hacer patéticas las filigranas del destino.
Esta es una novela sobre la vida de Sergio Cabrera y su familia, con sombras y luces, a través de la cual se pueden leer acontecimientos políticos, ideológicos y sociales de todo un siglo. Es la historia de una familia de artistas revolucionarios que ha tenido que pagar un alto precio por ser consecuente en medio de las más diversas circunstancias.
Cuando hice el ejercicio de leer unas páginas al azar, saboreé un par de párrafos y probé la textura de ese caldo sustancioso que es la escritura de Juan Gabriel Vásquez. Siente uno que va tranquilo de la mano de un escritor serio, profundo, elegante, que sabe lo que hace. Entonces me dije: “sí, sí es el sabor que tiene la literatura que me gusta: vale la pena Volver la vista atrás.”