Tequendama: cosmos hecho rock

“Por supuesto que pensamos en hacer éxitos. Y a veces surgen en los toques sin proponerlo. Cuando sucede nos quedamos pensando si nos daría pena, pero tan solo por un momento fugaz. Seguimos adelante en la búsqueda de consolidar el proyecto, haciendo nuestra música”.

Con 6 canciones grabadas, 7 más boceteadas y de esas, 4 listas, la banda planea hacer un disco a la vieja usanza. “Esto es una carrera de resistencia y apenas estamos empezando. A 2020 le depositamos mucha expectativa y vamos a romper el protocolo y sacaremos un disco con 13 canciones que tenemos a punto de mezclar y editar un vinilo de colección. Queremos tocar mucho más con las bandas de la escena y fortalecernos en vivo”.

Y es que vivir y ejercitar el arte de la música en Colombia no deja de ser una lucha, por cuando al ser un proyecto independiente, los integrantes de Tequendama deben buscar las formas de conseguir el dinero para los videoclips, para el disco, para las giras. 

La banda nació de un encuentro no planeado con ese fin. Jota quería hacer unas canciones con Amós, pero muy pronto se dieron cuenta que el ritmo de trabajo ganó velocidad y lo creado ameritaba ir más allá; por tanto decidieron conformar el grupo. Allí se integraron el reconocido baterista de la escena, Alejo “el Duque” y Camilo Zúñiga.

En ese caldo de cultivo buscaron el nombre y las primeras propuestas no les convencieron del todo. Así que apelaron a las raíces, a Bogotá, a la leyenda muisca de Bochica –aquel ser mítico que aparece en casi todas las culturas ancestrales del mundo- es decir el personaje de larga cabellera y barba blanca que enseñó a las tribus a sembrar, a pensar, a la astronomía, entre otras tareas civilizadoras-. 

“Y en esa mezcla de lo ancestral y el futuro, como del rock que juntamos con el rave, hubo conexión con la visión mística que tenemos. Así como fue con Ultrágeno”, recordó Amós, cuando creó a esa banda en los 90, luego de Catedral.