Por: Pedro Uriel Sánchez Zárate, Especial para Buque de Papel, Bogotá
Así, en esta vitrina –que también es un laboratorio de experimentación–, los emprendedores, diseñadores, arquitectos y visitantes pueden darse un baño de creatividad e innovación y revisar los alcances de la cultura del diseño, a través de la búsqueda de la sostenibilidad, la relación entre la naturaleza y el habitar, y la responsabilidad social y ambiental, con miras a transformar la sociedad.
En este contexto, entran en juego dos conceptos clave que se revelan en estos dos espacios y que han marcado tendencia: la paradoja y la poesía. En este artículo nos interesa revisar estos aspectos, para poner al descubierto algunas expresiones de vanguardia, las tendencias de diseño y producción de mobiliario, y el modo en que la forma, la función, la estética y los elementos conceptuales se han transformado.
Al preguntarnos sobre cómo se evidencia la paradoja tanto en el Salone como en Design Week, la respuesta tiene que ver con la reflexión en torno a la coexistencia entre pasado y presente; esto involucra propuestas que invitan a refrescar el presente pensando en términos de sostenibilidad e innovación, pero sin abandonar la tradición. De allí que surjan nuevos materiales y desarrollos, haciendo uso de las nuevas tecnologías, pero también de tecnologías híbridas.
De otro lado, se han desdibujado las fronteras disciplinares y culturales de los proyectos de diseño, al cuestionarse por el sentido del habitar en el mundo contemporáneo, por lo cual se han producido encuentros bastante interesantes entre lo natural y lo artificial.
Para el 2022, en particular, el concepto de
paradoja o
paradox (del griego
para-dóksa) emergió con más fuerza durante la exposición de los 100 años de la emblemática empresa Alessi. Como se observa en las imágenes, esta fue representada por medio del artefacto llamado “Merdolino”, diseñado por el arquitecto Stefanno Giovannoni Allí la paradoja se da entre la usabilidad para la que fue diseñada (escobilla para inodoro) y el hecho de que tenga el color de un metal precioso, como si fuera una joya.
De acuerdo con Alberto Alessi, propietario de la emblemática compañía italiana Alessi, en su empresa han usado esta figura literaria –que, en síntesis, es un hecho que contradice tanto la experiencia cotidiana como la opinión de las personas del común–, con el fin de traspasar la “aparente banalidad de los objetos cotidianos” y generar un impacto por la sorpresa que causa al ir en contravía de la lógica de todos los días.
La poesía (del griego poíesis), por su parte, se materializa en espacios, artefactos, muebles y experiencias que constituyen manifestaciones estéticas y discursivas que ponen en evidencia la capacidad de ingenio y la relación del mundo con la magia.
Retomando el caso de la empresa Alessi, su propietario considera que un buen diseñador debería ser ante todo un poeta. Lo anterior, teniendo en cuenta que, al igual que la
poíesis, el diseño significa creación o producción, es decir, síntesis emocional que más allá de procesos como el de cortar y pulir, parte de la búsqueda de la esencia evocativa, tal como ocurre en el ámbito de lo poético. En palabras de Alberto Alessi, “la poesía ha adquirido el significado de crear algo trascendente” y, en este sentido, requiere que nos miremos desde adentro para elevarnos “un poco por encima del nivel de la existencia material” o, dicho de otro modo, “que nos haga vivir
verdaderamente nuestra vida en plenitud”.
A grandes rasgos, para delinear los patrones y contar con una visión de conjunto sobre los alcances del
Salone Internazionale del Mobile y Design Week sería preciso retomar seis aspectos fundamentales: la forma, la funcionalidad, las tendencias, los materiales, los colores y los referentes. Por cuestiones de espacio, el análisis en profundidad de estos aspectos será materia de futuros artículos que serán publicados en este medio.