Por: Buque de Papel, Bogotá
Cantante y actor estadounidense,1 considerado una de las figuras más importantes de la música popular del siglo XX y que dejó a través de sus discos y actuaciones en directo, un legado canónico en lo que respecta a la interpretación vocal masculina.
Sus raíces estuvieron en el jazz, pero luego amplió horizontes y se pasó a las filas de lo popular, de la música pop que iba d ela mano con la radio.
Se caracterizó por su cuidada precisión en el fraseo y su dominio del control de la respiración; el rango de su voz estaba próximo al de bajo-barítono.5 Además, era oído absoluto, al igual que Michael Jackson, Freddie Mercury y Wolfgang Amadeus Mozart.6
En cuanto a su categoría artística, esta radica en su capacidad interpretativa para transmitir las emociones y sentimientos implícitos en las letras de las canciones.7
A Sinatra se le reconoce el haber sido el primer cantante que hace un uso consciente de los medios de amplificación del sonido con el objeto de situar su voz por encima del sonido de la orquesta (dominadora de la música popular estadounidense de principios del siglo XX) y para aproximarla a la intimidad del oído del oyente.9
A lo largo de su carrera profesional, Sinatra grabó más de 1 300 canciones y participó en más de cincuenta películas. Recibió multitud de premios y homenajes, entre los que se cuentan diez premios Grammy, otorgados por la Academia de Artes y Ciencias de la Grabación, y la Medalla de la Libertad del gobierno estadounidense.
Pero también fue reconocido por sus amores. Se casó cuatro veces… con Nancy Barbato, Mia Farrow, Bárbara Marx y su amor eterno Ava Gardner. Ella, fue su amor, posible e imposible,
profundo y violento, inolvidable para ambos, pero “muy peligroso, porque éramos demasiado parecidos”, dijo Ava en una de sus memorias en España. “Demasiado alcohol”, confesó.
Y su no clara relación con la mafia y amistad con los capos de todos los capos, como Bugsy Sigel, de Sam Giancana, de Lucky Luciano. Tan solo sonreía cuando le preguntaban el tema. La verdad no se sabrá del todo.
Cuando estaba en su lecho de muerte, su última esposa Bárbara Marx le pidió luchar, y él, con las fuerzas que le quedaban atinó a decirle que estaba “perdiendo el día” y la apuesta.
El 14 de mayo de 1998, se apagó The Voice, la voz y cerró sus eternos ojos azules, otro de sus apodos que lo llevó de Aquí a la Eternidad, como la película que coprotagonizó en 1953.