Foto: Leonhard Hilzensauer
Para Cartarescu la literatura es un todo en su vida, ya que también se desempeña como crítico literario y está casado con la poeta Ioana Nicolaie. Sus colegas críticos lo consideran como el más importante poeta rumano de la generación de 1980. Dicta conferencias universitarias y ejerce el doctorado en la Cátedra de Literatura Rumana de la Facultad de Letras de la Universidad de Bucarest.
Su obra es una exploración de la elasticidad del lenguaje, de la capacidad de la metáfora y de la omnipresencia de lo onírico. Características que se vuelven palpables en títulos como El ala izquierda, El ojo castaño de nuestro amor, Las bellas extranjeras, Lulu, Nostalgia y Solenoide.
Este último, cuyo nombre original es Visul (El Sueño) es considerado como su pieza maestra y una novela total que, en palabras del crítico español Fran G. Matute de El Cultural, es una “obra personalísima como pocas; nacen y mueren todas las vidas de Cărtărescu, también, cómo no, todas sus literaturas. Empiecen o terminen por aquí, da igual. Pero léanla. Porque por su contundencia y ambición, Solenoide está llamado a convertirse en uno de los títulos importantes de lo que llevamos de siglo”.
Cărtărescu ha obtenido diversos reconocimientos, como el Premio de la Unión de Escritores Rumanos (en cuatro ocasiones), el Premio de la Academia Rumana, el Premio Austriaco de Literatura Europea, el Premio Leteo y el Thomas Mann.
El escritor rumano conversará acerca de “El Escritor y sus fantasmas”, con la intervención del narrador colombiano, Santiago Gamboa y la traducción de Marian Ochoa de Eribe, quien ha trabajado oficialmente varias obras de Cartărescu al español.
Este encuentro será el miércoles 29 de abril a las 7:00 p.m., en el Auditorio José Asunción Silva de Corferias.
Fragmentos de algunas de las obras de Mircea Cărtărescu
“De las miles de respuestas que he dado, en noches de fiebre y tormento y días de ensoñación, en clase, mientras los críos estaban atareados haciendo un examen, o cuando me encontraba en alguna zapatería o en heladas paradas de autobús o esperando en alguna consulta médica, a la pregunta de por qué no me convertí en escritor, una me parece más verdadera que las demás por la paradoja y ambigüedad que entraña. He leído todos los libros y no he llegado a conocer siquiera a un solo autor. He oído todas las voces con la nitidez con que las oye un esquizofrénico, pero no me han hablado nunca con una voz verdadera. He recorrido miles de salas en el museo de la literatura, embelesado al principio por la maestría con que, en cada pared, hay pintada alguna puerta, un trampantojo”. Fragmento de Nostalgia y Solenoide.
“Una mañana de invierno, hará unos tres años, recibí una llamada del director de una conocida revista cultural. «Señor Cărtărescu», dijo una voz ceremoniosa, de esas que solo la gente de avanzada edad, la que ha vivido una temporadita en el período de entre guerras, posee: «hemos recibido una carta de Dinamarca dirigida a usted. Puede pasarse a recogerla a nuestras oficinas, a la calle Brezoianu». Estaba solo en casa y sentía que me rondaba el desasosiego”. Fragmento de Las bellas extranjeras.
“…Como si, al escribir, cada línea que trazo en la página con el bolígrafo se cubriera de moho y cada página que dejo atrás, cubierta con mi escritura, se abarquillara, amarilleara y se retorciera como una hoja seca. Pero yo seguiría escribiendo igualmente cada vez más rápido, para que no me alcancen el desastre y la desgracia”.
Fragmento de El ojo castaño de nuestro amor.
*Con información de oficina de prensa de la Filbo2020