El "Bombardero" Müller despegó para siempre

El “Bombardero” Müller despegó para siempre

Marcar 365 goles en 427 partidos, o 68 en tan solo 62 encuentros con la selección germana son registros que difícilmente serán superados en el fútbol mundial. Son records del llamado “Bombardero” Gerd Müller, alemán campeón del mundo, de la Eurocopa y de la vieja UEFA con el poderoso Bayern Munich, y quien falleció a los 75 años.

Por: Buque de Papel. Fotos e info: El País, Bild, medios y archivos


El polaco Robert Lewandowski, del mismo Bayern Munich, batió los 40 goles en una sola temporada, marca que Müller ostentaba desde 1972 y no tuvo más palabras que admiración por el germano. Escribió en su Twitter “4-ever Gerd” (Por siempre Gerd), para indicar que fue uno de sus ídolos y que alcanzar y romper su marca, es un homenaje al hombre de piernas fuertes y baja estatura.


“Estoy convencido de que en mi lugar Gerd hubiera hecho lo mismo. Los récords están para superarse. El que no creo que se bata jamás será el de 365 goles en 427 partidos que también está en su poder. Es imposible”, comentó Lewandowski luego del partido. 


Müller fue diagnosticado con alzheimer en 2008, en 2011 el rumor ganó fuerza y fue el propio equipo en 2015, que confirmó el tema. En ese año ya fue retirado del manejo de las inferiores del club y pasó a vivir a una residencia especial y de allí al hospital donde era tratado.


Su esposa, Uschi, confirmó en noviembre pasado al diario Bild que Gerd “duerme hasta el final”. “Se pasa casi las 24 horas en la cama, solo se despierta por momentos, va lentamente hacia el más allá mientras duerme. Es hermoso cuando abre un poco los ojos y logra decir sí o no moviendo una pestaña. Está tranquilo y en paz, creo que no tiene dolor. No come prácticamente nada, solo traga un poco de puré. A veces vemos la televisión juntos, aunque él ya no entienda nada”.


El diario recuerda que Uschi y Gerd se conocieron en un bar cuando ella tenía 16 años y él 20 y se casaron en 1967. En sus palabras, Uschi recordó que antes del coronavirus visitaba a Gerd todos los días en la clínica donde llevaba más de cinco años ingresado, pero que en los últimos meses su presencia ya no era posible. “Hace solo un año todo era diferente. También pude llevarlo a la heladería, pero desde la covid no podía visitarlo. No creo que sufra. Espero solo que no pueda reflexionar sobre su destino y sus condiciones actuales”.

Legado


El legado futbolístico de Müller es indiscutible. Pese a su metro con 76 centímetros, piernas cortas, sus muslos anchos, cuerpo rollizo, su mente y el desarrollo de su capacidad goleadora eran inobjetables. Estaba en el lugar justo, en el momento justo; dueño de un fundamentación envidiable, la pelota era la extensión de su arte. El Der Bomber der nation, (el bombardero de la nación) como se le conocía en su tierra, fue mucho más que números.


Las palabras de su excompañero y amigo Franz Beckenbauer suenan ahora con más rotundidad que nunca. “Gracias a sus goles, el Bayern alcanzó el nivel internacional en el que todavía juega. Es el jugador más importante de la historia del club. Estoy seguro de que la gente seguirá hablando de Gerd Müller dentro de 100 años”.


Su carrera hacia la cima no fue fácil. Su físico fue siempre un obstáculo. Entró en el Bayern en 1964 y en su ficha se leía que en un partido con el equipo de su ciudad natal había marcado 22 y que esa misma temporada llegó a los 180. Sin embargo, el entonces técnico del Bayern, el croata Zlatko Cajkovski, le miraba con los ojos de la incomprensión. Le apodó Pequeño gordito. “¿Cómo voy a poner un elefante entre mis purasangres, acaso nos dedicamos a la halterofilia?” Gerd no se acobardó. Bajó de 93 a 73 kilos y se hizo con una titularidad que nunca perdió hasta la retirada.


El área fue el salón de su casa. Siete veces máximo goleador de la Bundesliga, 723 goles en 771 partidos oficiales; 68 en 62 con Alemania. Máximo goleador del Mundial del 70 y de la Eurocopa 72. Su vida era el remate. Con la derecha, con la izquierda, con la cabeza, con la pantorrilla, con el tacón, con la cadera, con el trasero… Con lo que fuera.


Su primera gran cita internacional fue México 70. No llegó como titular indiscutible. Le cerraba el paso el incombustible Uwe Seeler, nueve años mayor que él. A base de goles, cómo no, compartieron once y hasta habitación. Müller se disparó hasta los 10. Nadie ha marcado tantos en un mundial desde entonces. Uno contra Marruecos; tres a Bulgaria y a Perú; uno a Inglaterra y dos a Italia en la prórroga de la semifinal más bella. Cuatro de cabeza, uno de penalti, tres en el área pequeña y dos en la grande.

“Marcaba tantos goles porque no pensaba. No tenía ninguna receta. Simplemente era mi hobby. Remataba sin pensar. Si lo hubiera hecho no hubiera marcado ni la mitad”, solía comentar. Uno de sus entrenadores, Dettmar Cramer, se rindió a sus condiciones. “Remata más rápido de lo que yo puedo pensar”.


En 1970 fue elegido Balón de Oro, ganó la Bota de Oro (38 goles) y se llegó a asegurar que firmó un contrato con el Barcelona, que finalmente no se ejecutó porque su mujer no quería moverse de Munich. Los azulgrana terminaron fichando a Cruyff.


Con el tiempo aprendió a moverse por territorios hostiles sin perder la eficacia goleadora. Sabía proteger el balón, descargar y darse la vuelta antes de que el marcador de turno pudiera reaccionar. En las distancias cortas era rápido. Su centro de gravedad bajo y la potencia de sus piernas le ayudaban a anticiparse en los metros finales. Atacaba el balón, no lo esperaba.


Su carrera encadenó éxitos individuales y colectivos. Ganó todo lo que se puede ganar tanto con el Bayern como con la selección. Suyo fue el gol del triunfo de la final del Mundial 74 contra Holanda (2-1). En 2012, 40 años después, Messi superó su marca de goles en año natural. Müller había marcado 85 (72 con el Bayern y 13 con Alemania) y el argentino saltó hasta los 91 y envió al jugador alemán una camiseta firmada como reconocimiento a su trayectoria.


No se entendió bien en Alemania que voluntariamente abandonara la selección después de la apoteosis del Mundial 74 con tan solo 29 años e incluso tampoco pareció lógica su marcha del Bayern en el 79. Posiblemente la razón fue que no soportaba las críticas: “Es más lento que una cabina telefónica”, se llegó a escribir.


Tuvo problemas con el alcohol. Se recuperó tras ser internado en una clínica de desintoxicación en 1991. Su salud quedó dañada. Los gajes del oficio le pasaron factura en sus caderas y pronto tuvo síntomas de pérdida de visión y de memoria. Su vida se apagó. No su legado: el gol.

El Bild de Alemania


El legendario Gerd Müller, conocido como el "torpedo" o el "bombardero" habría marcado 552 goles con Bayern Munich, según cuentas del diario "Bild", con lo que estaría todavía 27 tantos por encima de los que ha conseguido Lionel Messi con FC Barcelona.


Según las cuentas del "Bild", Müller marcó 365 goles en la Bundesliga, 6 goles en el torneo de ascenso a la Bundesliga, 78 goles en partidos de Copa de Europa, un gol en la copa intercontinental, y 33 goles en la liga regional lo que suma 352 goles.


"Se trata en todo caso de dos gigantes. Para mí, que como reportero de "Bild" seguí la carrera de Müller, el bombardero de la nación sigue siendo el más grande", dice en un artículo firmado el veterano periodista Fritz Hautsch y da luego una serie de razones.


La primera es que mientras que Messi fue aceptado como gran talento desde las inferiores de Barcelona, Müller tuvo que imponerse en Bayern ante el escepticismo de su entrenador Zlatko Cajkovsi.


Además, agrega, aunque tanto Messi ha ganado todo lo que se puede ganar a nivel de clubes, lo mismo que Müller, el alemán fue además campeón del mundo, lo que no ha logrado el argentino.


En goles en partidos internacionales Müller supera de momento a Messi sólo por siete goles. Hautsch agrega que, aunque Messi iguale en este renglón a Müller, el argentino ha necesitado 123 partidos para sus 61 goles. Müller, en cambio, marcó sus 68 goles en sólo 62 partidos de selección.

Share by: